Dos relatos bíblicos narran la historia de la creación: Génesis 1 y Génesis 2. En Génesis 1 la creación se relata mediante un estilo poético que responde a una composición litúrgica, con una estructura literaria formal que describe un cuadro majestuoso y donde actúa un Dios soberano, omnipotente y trascendente.
En el texto hebreo se utiliza la palabra 'adam, que tradicionalmente se ha traducido «hombre». Dicha traducción ha generado interpretaciones equívocas. Es evidente que en el contexto de Génesis 1 el vocablo hace referencia a toda la humanidad, sin distinción sexual, es decir, adam se refiere al ser humano en general.
Del mismo modo debe interpretarse este término cuando en el el texto dice que el «'adam fue creado tal y como Dios es» (Génesis 1:26), lo que indica que hombre y mujer son reflejo de la imagen divina.
La humanidad, en su conjunto ha quedado estampada la imagen de Dios. Cuando el relato de Génesis 1 dice «hombre y mujer los creó» habla en plural. Tal como se ha afirmado, la repetición del plural, los creó, los bendijo, les dijo, subraya que la humanidad está compuesta por la mujer y el hombre.
De esta manera se establece la total equivalencia entre el hombre y la mujer. Existen desde el principio dos sexos distintos que juntos forman la humanidad. Dicha humanidad ha sido creada para vivir en comunidad. La imagen de Dios en nosotros se ve reflejada en su totalidad a través de la comunidad. Asimismo, debe advertirse el uso del pronombre objetivo en plural: «les dió esta bendición» (Génesis 1:28, 29).
La perfección de la humanidad se manifiesta en la complementación de los dos sexos. Todo intento cultural o institucional de separar al hombre de la mujer, o de establecer dominio de uno sobre el otro contradice el mensaje de la creación y, por ende, atenta contra la humanidad.
Tanto la mujer como el hombre han sido estampados con la imagen de Dios, y ambos han sido confiados con la responsabilidad y el privilegio de velar por la creación y de glorificar al Creador como sus representantes en la tierra.
El segundo relato de la creación se halla en Génesis 2. Su autor se vale de un género literario semejante al cuento, en el que despliega un estilo simple y vivaz, lleno de sorpresas y de imaginación.
El vocabulario no es tan formal, sino que manifiesta un deseo de comunicación más informal y ameno, y todo el proceso es narrado en forma de una historia interesante para el oyente. Dicha historia va creciendo hacia un clímax inesperado, pero lleno de alegría.
A pesar del vocabulario informal y ameno que utiliza, el texto también ha sido víctima de malas interpretaciones. La frase hebrea 'ezer kenegdo (Génesis 2:18) que generalmente se ha traducido como «ayuda idónea», ha visto tergiversado su verdadero significado, al punto de llegar a interpretarse como «ayuda servil». El vocablo 'ezer generalmente se emplea para describir la ayuda divina al ser humano en dificultad.
Luego, la palabra normalmente indica ayuda superior, y no ayuda subordinada. Pero en este caso tampoco es una ayuda superior, sino una kenegdo. Una traducción algo literal sería «como opuesto a, frente a él».
La idea que transmite es de algo simple y sencillamente «correspondiente a» o «adecuado para». Así, 'ezer kenegdo comunica la idea de que Dios crea a alguien correspondiente, adecuado para el hombre, para que juntos puedan proveerse la comunión y el apoyo necesarios para vivir en plenitud.
Puede concluirse entonces que ambos relatos de la creación transmiten una proclama liberadora que se opone a toda idea de dominación, avasallamiento o discriminación. Aquí encontramos amplia evidencia para rechazar cualquier tipo de ideología o teología que coloque a la mujer en condición inferior al varón, y que por lo tanto justifique cualquier tipo de opresión, maltrato y violencia.
Esta evidencia ha sido tomada por Cristo el liberador por excelencia, quien ha colocado a la mujer en su justo lugar.
La condición de absoluta igualdad entre el hombre y la mujer, se traslada a toda la humanidad (ha 'adam). Todo ser humano fue creado a la imagen de Dios y ha recibido el aliento de vida de parte del Creador. Por eso, todo intento de opresión sobre cualquier persona debe ser rechazado.
La iglesia de Jesucristo entonces deberá tomar en serio el modelo de Génesis y aplicarlo en su sentido total.
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