Pablo y el jóven Timoteo: Una poderosa amistad

Cuando encontramos un buen amigo, encontramos un tesoro. Esto es especialmente cierto cuando estamos luchando en las diferentes etapas de la recuperación. Necesitamos personas que sean fieles y estén dispuestas a perseverar con nosotros a través de los momentos difíciles.

Necesitamos el amor y la aceptación que sólo los buenos amigos pueden dar. La amistad entre el joven Timoteo y el apóstol Pablo les dio mucho apoyo y aliento a ambos. Pablo describió a Timoteo como un hermano fiel con una sólida reputación.

"Por lo cual, no pudiendo soportarlo más, acordamos quedarnos solos en Atenas, y enviamos a Timoteo nuestro hermano, servidor de Dios y colaborador nuestro en el evangelio de Cristo, para confirmaros y exhortaros respecto a vuestra fe, a fin de que nadie se inquiete por estas tribulaciones; porque vosotros mismos sabéis que para esto estamos puestos" (1 Tesalonicenses 3.1-3).

Timoteo sentía devoción por Pablo y fue parte de muchos de los triunfos del ministerio del apóstol. Pero Timoteo no se mantuvo cerca de Pablo sólo cuando las cosas iban bien, sino que lo acompañó durante los momentos difíciles de encarcelamiento, tortura y burla.

Sus años de ministerio compartido produjeron una amistad de toda la vida. Pablo se refiere a Timoteo con admiración en muchas de sus cartas. Lo llamó «mi hijo amado y fiel en el Señor» (1 Corintios 4.17) y «mi colaborador» (Romanos 16.21). En su carta a los filipenses, Pablo se refirió a Timoteo muy elogiosamente, y dijo que este había sido «como hijo» para él (Filipenses 2.22).

En sus cartas al propio Timoteo, Pablo le expresó su gran cariño por él. La intervención personal de Pablo en el ministerio de Timoteo se hizo evidente cuando el apóstol le dice: «aviva el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos» (2 Timoteo 1.6).

A Timoteo nunca se le conoció como un líder carismático o de fuerte personalidad. Al parecer era en cierto modo tímido y temía enfrentarse a los demás, especialmente a los ancianos. Pero era fiel y perseveró en su ministerio a pesar de sus temores y sus pruebas.

Pablo apoyó a Timoteo en su ministerio, reconociendo que Dios había escogido a este joven para un servicio especial para él. A pesar de las debilidades del joven Timoteo, Dios lo usó para edificar la iglesia y para alentar a Pablo, su colaborador más carismático.

La recuperación requiere que permitamos que otras personas lleguen a ser parte de nuestra vida, tanto para mutuo apoyo como para rendición de cuentas.

Necesitamos pedirle a Dios algunos «Timoteos», personas con integridad, en las que podamos confiar y que permanezcan a nuestro lado bajo cualquier circunstancia. Cuando encontremos a nuestros Timoteos, estaremos mejor preparados para enfrentar las pruebas de la recuperación.

Fortalezas y logros:

• Timoteo tenía una excelente reputación por su fidelidad.
• Era un amigo especial del apóstol Pablo.
• Se mantuvo al lado de Pablo aún en las circunstancias más difíciles.
• Era un fiel ministro del evangelio. 

Debilidades y errores.

• Timoteo luchó con su juventud y timidez.
• Tenía problemas estomacales, posiblemente relacionados con la ansiedad. 

Lecciones para nuestra vida.

• Nuestros miedos y defectos no deben detener nuestro servicio a Dios.
• Las buenas amistades son extremadamente valiosas, en especial en la recuperación. 

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Referencias:

1. A Timoteo se lo menciona por primera vez en Hechos 16.1-5 y también en otros pasajes de ese libro. 
2. Él es el recipiente de las cartas paulinas que llevan su nombre (1 y 2 de Timoteo). 
3. Se lo menciona, además, en estos textos: Romanos 16.21; 1 Corintios 4.17; 16.10-11; 2 Corintios 1.1,19; Filipenses 1.1; 2.19-23; Colosenses 1.1; 1 Tesalonicenses 1.1-10; 3.2-6; Filemón 1.1 y Hebreos 13.23.