La rivalidad de Esaú y Jacob - La Pluma de un Ángel

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viernes, 25 de enero de 2019

La rivalidad de Esaú y Jacob

La rivalidad entre hermanos es algo natural, aunque a veces difícil, en la relaciones familiares. Los hermanos, especialmente los de edad cercana, suelen no llevarse bien como niños ni como adultos jóvenes. Pero los mellizos Esaú y Jacob*, llevaron este conflicto natural a otro nivel de intensidad. Afortunadamente hubo una reconciliación posterior, aunque requirió considerable crecimiento emocional y espiritual de parte de ambos.


Dios anunció la intensa rivalidad antes de la nacimiento de los mellizos. Y los padres no ayudaron para nada al mostrar favoritismo por sus hijos. Claramente el favorito de Isaac era Esaú, mientras el favorito de Rebeca era Jacob. Las relaciones familiares fueron de mal en peor cuando Esaú vendió su primogenitura por la satisfacción momentánea de su estómago hambriento.

Un hecho demolió finalmente la ya frágil relación entre estos hermanos. Jacob engaño a su ya casi ciego padre, quien le dio la bendición que estaba destinada para el primogénito, Esaú. La elaborada maquinación de Jacob, ideada por su madre, airó de tal modo a Esaú que prometió matar a su hermano después de la muerte de su padre.

Víctima de su propia falta de integridad, Jacob huyó para salvar su vida. Se estableció con su tío Labán y con el tiempo se casó con las dos hijas de éste, Lea y Raquel.

Mientras vivió con la familia de Labán fue víctima de las practicas engañosas de su tío. Por medio de la experiencia, Jacob aprendió dolorosas lecciones sobre la importancia del amor y la honestidad.

Dios obró en la vida de Jacob, y lo llevo progresivamente más cerca de él. Seguro de la presencia de Dios, Jacob se dispuso a enfrentarse a su pasado. Emprendió en largo viaje de retorno y, a pesar de sus temores, halló perdón y reconciliación en el abrazo con su hermano que salió a recibirlo.
Pero Esaú corrió a su encuentro y le abrazó, y se echó sobre su cuello, y le besó; y lloraron. (Génesis 33:4)
Fortalezas y logros.
  • Ambos estuvieron dispuestos a olvidar las fallas y heridas del pasado en pro de un futuro mejor.
  • Esaú creció al punto de poder perdonar después de una importante desilusión y enojo. 
  • Jacob maduro al punto en que pudo ser honesto y buscar humildemente el perdón.
Debilidades y errores.
  • Ambos tuvieron malas intensiones al buscar su propio camino sin pensar cómo eso perjudicaría a otros.
  • Esaú buscó la satisfacción momentánea y como resultado sufrió grandes pérdidas.
  • Jacob fue frecuentemente deshonesto y engañoso en sus tratos.
Lecciones para nuestras vidas.
  • Los padres no deben tener favoritos entre sus hijos.
  • Puede haber perdón aún cuando se hayan sufrido grandes heridas.
  • Aun las personas habitualmente engañosas pueden enfrentar el pasado y restaurar sus relaciones. 
*La historia de Esaú Jacob aparece en Génesis 25-33

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