«... oh Jehová, Dios de los cielos ... esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel» (Nehemías 1.5-6).
La recuperación es el proceso de reconstruir una vida, a menudo desde punto cercano a la destrucción total. Nehemías, el gran reconstructor de Jerusalén, nos deja un excelente ejemplo bíblico de oración y consagración inquebrantable al Señor.
Nehemías no permitió que lo desanimara la muy dilatada recuperación de Jerusalén. Se dio cuenta de que nunca es demasiado para que el pueblo de Dios comience el proceso. Las acciones del profeta fueron directas y convincentes, basadas siempre en las realidades a la mano. Su fe, sabiduría y valor lo mantuvieron enfocado en su meta, a pesar de mucha oposición.
Algunos líderes como Sanbalat y Tobías, quienes habían dominado la tierra de Judá por algún tiempo, usaron varios medios para desanimar el avance de Nehemías y los judíos. En el proceso también hubo que enfrentar dolorosas diferencias entre los mismos judíos. Sin embargo, todos los obstáculos se vencían a medida que el pueblo trabajaba en construir una vida nueva y más segura.
¡El muro de Jerusalén se concluyó en cincuenta y dos días en el camino a la recuperación milagrosos! Poco después de esta primera victoria, Nehemías guió al pueblo hacia la segunda fase de recuperación. Invitó al gran maestro Esdras a dirigir al pueblo en un estudio de las Escrituras.
Motivados por la palabra de Dios, con lágrimas en los ojos los israelitas se arrepintieron sus pecados y de los pecados de sus antepasados. Esdras, Nehemías los demás dirigentes animaron al pueblo a regocijarse porque Dios estaba con ellos.
Sin embargo, los israelitas todavía no sabían de las dolorosas lecciones de la recuperación. Después de que Nehemías regresara a Babilonia, el pueblo volvió otra vez a sus caminos pecaminosos.
Cuando Nehemías regresó a Jerusalén, tuvo que poner de nuevo a los judíos en la senda del restablecimiento. Este ejemplo de recuperación de corto alcance y recaída hace que la historia de Nehemías concluya con una observación muy realista. Quizá haya ocasiones en que volvamos a caer en patrones conocidos, aunque destructivos. Debemos animarnos a comprender que no importa cuán frecuentemente caigamos, Dios seguirá esperando para hacernos volver a la manera que desea que vivamos.
Fortalezas y logros:
- Nehemías fue un hombre de oración y consagración inquebrantable al Señor.
- Fue un administrador eficaz y un visionario aun más grandioso.
- Tenía seguridad en sí mismo, además de la capacidad de resistir críticas.
- Tenía fe y perseverancia para ayudar a las personas a terminar el proceso de reconstrucción de Jerusalén y la nación.
- La oración, una visión realista y consagración a Dios ayudan mucho en la recuperación.
- Enfrentar y vencer obstáculos en el camino a la recuperación pueden dar ímpetu al proceso.
- Terminar una fase de la recuperación debería motivarnos a dar el próximo paso.
- Una recaída se debería ver como un paso hacia una recuperación renovada.
La historia de Nehemías se narra en el libro que lleva su nombre. También es mencionado en Esdras 2.2.
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