Uno a veces ve en las esquinas de las grandes ciudades: hambres extraños, barbudos con carteles hechos a mano. "¡Jesús vuelve!", proclaman. "¡Prepárate para enfrentarte al juicio!" Mensajes parecidos aparecen a veces escritos en las rocas o en las paredes.
Los arqueólogos no han descubierto todavía inscripciónes de este tipo en las ruinas de Tésalónica, pero esta carta (Tesalonicenses) revela que hace 19 siglos ya gente estaba esperando el prométido regreso de Jesús al mundo.
Es más, estaban preocupados ¿Qúé pasaría con aquellos que murieron antes de que Jesús regresase?, se preguntaban. ¿Perderían quizá la vida eterna? Pablo les ofrece una respuesta directa y alentadora.
Una mezcla der temor y de esperanza
Los tesalonicenses tenían buenas razones para preocuparse acerca del futuro: vivían en peligro constante de ser perseguidos por las autoridades. Cualquier noche un golpe en la puerta o el ruido de pasos ante la casa podían ser la antesala de la prisión o de la muerte.
Es fácil de entender, entonces, que la joven iglesia esperase la segunda venida de Jesús con ansiedad y esperanza.
Pablo les aseguró que su esperanza en el futuro tenía un fundamento firmé, viviesen o no lo suficiente como para ver el regreso de Jesús. Pero les previno en contra de caer en una obsesión con el futuro.
Apremió a los tesalonicenses para que regresaran a sus trabajos, indicando que algunos entusiastas habían abandonado su trabajo para prepararse para el regreso de Jesús. Vivan una vida normal y ocúpense de sus asuntos, aconsejó Pablo (1 Tesalonicenses 4:11).
Esperando el regreso de Jesús
Los tesalonicenses fueron simplemente los primeros en una larga lista de cristianos obsesionados por los sucesos del futuro. Desde aquel entonces, generaciones enteras han caído en frenéticas especulaciones acerca del momento y lugar exacto de la segunda venida, sólo para ver cómo sus predicciones fallaban. Pablo se desentiende de este tipo de especulaciones.
Ahora bien, hermanos, ustedes no necesitan que se les escriba acerca de tiempos y fechas, porque ya saben que el día del Señor llegará como ladrón en la noche. (1 Tesalonicenses 5:1-2 NVI)
El presenta la forma correcta y la forma incorrecta de prepararse para el regreso de Jesús. Pablo no demuestra ningún tipo de alarma malsana. El tono calmo de su reprensión indica su confianza en los tesalonicenses. Les pide que sigan a Dios "más y más", tal como ya lo estaban haciendo.
La historia ofrece pruebas de que los primeros lectores de esta carta respondieron bien. A pesar de los problemas que acechaban (1 Tesalonicenses 4:3-12), la iglesia de Tesalónica siguió demostrando vigor y salud durante muchos años. Los cristianos de ese lugar siguieron siendo tan fieles a pesar de las persecuciones que su ciudad llegó a ser conocida como "La Ciudad de la Recta Doctrina".
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