María quedó embarazada meses antes de la boda que planificaban. Como Jose sabía que este no era su hijo, dio por sentado que María le había sido infiel. Aunque estaba angustiado por las dudas y el enojo, eligió terminar el compromiso de la forma más discreta posible. Él era un hombre justo y misericordioso, y no quería lastimar o avergonzar a María.
José... quiso dejarla secretamente. Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. (Mateo 1.19-20).
Sin embargo, Dios tenía otros planes. Envió a un ángel para hablarle a José y asegurarle que el bebé de María había sido concebido de forma sobrenatural por el Espíritu Santo. El niño se llamaría Jesús y sería el Salvador del mundo, aquel que ofrecería recuperación espiritual a todos.
Como José creyó a Dios, su perspectiva cambió. El compromiso mutuo de José y María de entregarse a Dios y confiar en él sirvió de fundamento sobre el cual se restablecería la confianza entre ambos.
Con humildad y gozo, María y José comenzaron una nueva vida juntos. José hizo todo lo posible para proteger a María y al bebé Jesús cuando este nació. Se convirtió en un padre amoroso que le enseñó a su hijo con esmero el oficio de carpintero. María fue una madre solícita y cariñosa.
Esta relación demuestra que es posible restablecer la confianza y restaurar el amor en relaciones que alguna vez fueron muy frágiles.
Fortalezas y logros.
- La relación mutua entre José y María se fundamentaba en su entrega a Dios.
- Estuvieron abiertos a la voluntad de Dios y dispuestos a cambiar sus opiniones.
- Obedecieron a Dios a pesar de la vergüenza que experimentarían.
Debilidades y errores.
- José. no le dio a María el beneficio de la duda al comienzo de su embarazo.
- No entendieron la necesidad de Jesús de pasar tiempo en la casa de su Padre.
Lecciones para nuestra vida.
- Las relaciones no deben destruirse por dudas no confirmadas.
- La confianza siempre puede restablecerse si Dios es el centro de las relaciones personales.
- Las cosas no son siempre lo que parecen.
- La confianza en Dios es indispensable para fundamentar la confianza entre las personas.
Los Evangelios narran la historia de José y María, especialmente Mateo 1-2 y Lucas 1-2. María también se menciona en Hechos 1.14.
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