Simón Pedro, "sobre esta roca edificaré mi iglesia"

Simón el pescador era impulsivo, inseguro y con frecuencia irreflexivo. Nunca lo habríamos apodado Pedro, que significa «roca». Jesús lo hizo.

«Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (Mateo 16.18).

¿Qué mayor evidencia puede haber de que Jesús no sólo aceptó a Simón tal como era sino que también vislumbró lo que podía llegar a ser? Hacia el final de su vida, el sobrenombre de Simón, Pedro, describiría apropiadamente su inquebrantable madurez. ¡Qué asombrosa transformación ocurrió en aquel fornido pescador!

La mayoría de nosotros se identifica fácilmente con Simón Pedro. Por lo general sus intensiones eran buenas, pero él era impetuoso al hablar e impulsivo en sus acciones. Ante la escena de la transfiguración, en lugar de maravillarse soltó la primera idea que se le vino a la mente.

Cuando Jesús reveló que su misión divina implicaría una dolorosa muerte, Pedro se precipitó a decirle a Jesús que dejara de hablar de esa manera. En la Ultima Cena rehusó con insolencia que Jesús le lavara los pies. Cuando jesús fue arrestado, Pedro con valentía pero impetuosamente le cortó la oreja al siervo del sumo sacerdote. Finalmente, en un momento crítico en su vida, Pedro negó tres veces a Jesús. Aun cuando Jesús estaba restaurando a Pedro de su fracaso, la atención de Pedro estaba en Juan en lugar de concentrarse en lo que Dios estaba haciendo por él.

En la vida posterior de Simón verificamos qué fue lo que Jesús vio cuando lo llamó «roca». Pedro presidió la reunión para seleccionar al sucesor de Judas. En Pentecostés predicó públicamente sobre Jesús a pesar de que sabía que iba a encontrar oposición.

Pedro fue el apóstol que tuvo la agudeza espiritual para proclamar la gran confesión en Cesarea de Filipo, anunciando claramente que Jesucristo es el único medio de salvación. Realizó varios milagros, y él mismo fue rescatado milagrosamente de la cárcel.

En la vida de Simón Pedro vemos esperanza para nuestra transformación y recuperación. Dios lo transformó maravillosamente, pero debemos recordar que nunca lo hizo perfecto. El apóstol Pablo escribió en Gálatas 2:11-14 la actuación hipócrita de Pedro. Sin embargo, a pesar de sus imperfecciones, su transformación tuvo un rotundo impacto en el mundo que lo rodeaba; sus palabras, acciones y cartas se convirtieron en parte importante del fundamento espiritual le la iglesia primitiva.

Fortalezas y logros.

• La audacia natural de Simón sirvió para esparcir las buenas nuevas de Jesucristo.
• Él fue un líder reconocido y el portavoz de los doce discípulos.
• Recibió inspiración para escribir cartas para animar a los creyentes (1 y 2 Pedro).
• Su natural entusiasmo luego se transformó en valentía disciplinada. 

Debilidades y errores.

• Con frecuencia Simón habló y actuó antes de pensar en las consecuencias.
• Tenía un temperamento voluble; pasó rápidamente de una lealtad declarada a la traición.
• Aun después de su transformación, permitió, por lo menos en una ocasión (Gálatas 2.11-14), que una situación particular determinara su conducta. 

Lecciones para nuestra vida.

• Jesucristo tiene suficiente poder para transformar hasta a la gente que uno menos se imaginaría.
• Dios puede transformar nuestros defectos en herramientas poderosas para usar en su reino. •
• Cuando las personas tienen buena disposición, Dios puede usarlas siempre. 

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Referencias.

1. Hay mucho material bíblico sobre Simón Pedro en los evangelios y en Hechos 1-15. 
2. En las cartas de Pablo, se menciona a Pedro en 1 Corintios 1.12; 3.22; 9.5; 15.5; y Gálatas 1.18; 2.7-14. 
3. Se puede recabar algo de información sobre él de sus cartas (1 y 2 de Pedro).