¿Y si bailamos? - La Pluma de un Ángel

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martes, 28 de noviembre de 2017

¿Y si bailamos?




En una oportunidad conocí a una joven de carisma increíble, de potencial extraordinario, de hermoso cuerpo y parecer; sentada en el césped de una hermosa pradera, sola y pensativa. Me acerque a ella y sentándome a su lado noté en su rostro preocupación, tristeza y dolor. La observé detenidamente, y luego de presentarme le pregunté: ¿Qué te pasa?, ella con una sonrisa fingida y ojos aguados me contestó: ¡Nada!

Pasamos horas en silencio mirando el paisaje de aquella gran naturaleza a nuestro alrededor. De rato giraba mi cabeza para verla, y aunque se encontraba en su estado más vulnerable, su hermosura y sencillez no dejaba de impresionarme. Ya casi al caer el sol de la tarde le pregunté como se sentía y me contestó que bastante pensativa y abrumada por todo lo que a diario vivía; guarde silencio ante su respuesta si saber que responderle, ya que no conocía realmente el problema que ella atravesaba.

Viendo el hermoso atardecer y aquella deslumbrante puesta de sol pensé: ¿Qué tal si la invito a bailar? ¿Me dirá que si o me dirá que no? ¿Será que lo intento? ¿Será que le digo? Quizá me dirá que estoy loco a lago así. Divagando en mi cabeza, me arme de valor y le pregunte: ¿Quieres bailar conmigo?; ella sin entenderlo, se quedo mirándome fijamente y me preguntó: ¿En qué ayudara eso con lo que siento, con mis problemas?; al instante no supe que contestarle, pero al cabo de 5 minutos le respondí: Quizá no te ayude a resolver tus problemas, pero si de algo estoy seguro, es que minimizara el dolor que ahora sientes y cambiara tu estado de ánimo; ¿Cómo estas tan seguro? pregunto ella; porque como yo, muchos olvidan sus problemas bailando, ¿No tenemos música? replicó; ¡No la necesitamos! le dije, la música esta en nuestra mente y corazón, solo déjate llevar; ella accedió y toda confusa se puso de pie.

Comencé tarareando una canción para que ella agarrara el paso. Al cabo de un minuto guarde silencio y solo se escuchaba el cantar de los grillos nocturnos. Bailamos desde que el sol se metió hasta que la luna llego a su punto más alto y luminosidad más asombrosa, sin saber ¿cómo?, ambos nos volvimos uno en ese baile, en un compás asombroso con el ruido de la noche, y aunque ninguno conocía el trasfondo del otro, teníamos algo en común, éramos 2 extraños bailando bajo la luna, al compás de una extraña melodía nocturna.

“Cuando sientas que tus problemas te agobian, ¡Baila!; si te sientes encerrado y no vez la salida, ¡Baila!; pase lo que pase, ¡Baila!; súbele todo el volumen a la música y exprésate, y si no hay música en el ambiente, ¡Créala!, demuestra lo que sientes, lo que eres a través del baile… Haz que la música suene mas fuerte que tus problemas, y conviértete en un amante bailarín al compás de una extraña melodía musical.”


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