El bienestar emocional, solo se obtiene con la paz interior - La Pluma de un Ángel

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martes, 25 de abril de 2017

El bienestar emocional, solo se obtiene con la paz interior

La biblia dice busca la paz y síguela, ¡y que tanto cuesta alcanzarla!, pero es necesario para poder vivir. Uno de los objetivos más elevados en el viaje que hacemos los humanos en la tierra es conseguir transmitir las herramientas para alcanzar la paz; la paz interior, “la paz que supera toda comprensión”.

Uno de nuestros primeros descubrimientos cuando emprendemos el camino es la guerra que mantenemos con nosotros mismos. Nos molestamos por nuestros errores; estamos resentidos por nuestras debilidades; nos resistimos a hacer realidad nuestras aspiraciones más elevadas. Queremos progresar en todas las áreas de la vida, pero no nos gusta su precio. La resolución de estos conflictos estriba en el discernimiento de “lo que es” y ello nos lleva ineludiblemente a la Paz Interior.

Bienestar emocional
La paz personal es ese sentido interior, etéreo, de bienestar emocional y espiritual, esa tranquilidad profunda que nos llega cuando somos capaces de desconectarnos de los pensamientos inquietantes, inútiles o amenazantes, y alcanzar a comprender la realidad de lo que es.

La paz personal es muy real, es el sentimiento bien fundado y de unión que tenemos cuando nos liberamos de las preocupaciones, el sufrimiento, el dolor, el estrés y el miedo y somos conscientes de las incontables maravillas que nos ofrece la vida y que Dios coloca en nuestras manos para que desfrutemos de ellas.

La paz interior es el conocimiento de que todo está bien y nos sentirnos bien, aún cuando nuestro mundo parezca a punto de explotar. Nos llega cuando nos apartamos mental, emocional y espiritualmente, y a veces físicamente, de los embrollos mundanos, de los conflictos o de nuestras responsabilidades mal comprendidas.

La paz, realidad o utopía
La paz interior se convierte en una realidad cuando trasladamos nuestras preocupaciones, dudas o problemas en manos de Dios, Si queremos recorrer con éxito el camino que nos lleva a la paz interior, tendremos que desmontar algunos de los obstáculos personales que nos aterran; el miedo al futuro y las lamentaciones por el pasado, de las cosas que hicimos que no debimos hacer, o las que dejamos de hacer. El viaje completo a la paz interior significa que también tenemos que superar los baches de la envidia, los desvíos de la impaciencia, las calles sin salida de la terquedad y los puentes helados de la inflexibilidad. Pero debemos viajar. El viaje hacia la paz personal no se realiza en un carro estacionado.

¿El camino de la paz?
Tomar la biblia y meditar en ella, hablar a solas con Dios, que Él nos indique el camino que debemos andar, en la oración podemos soltar nuestras preocupaciones y estar abiertos y conscientes de la presencia divina. No conocemos otro medio más eficaz para conseguir la paz interior. Destinar un rato cada día a esta actividad será el mejor de los remedios para todos los males que acechan al hombre y a la mujer actual.

Los avatares de la vida cotidiana consumen un esfuerzo enorme. Los conflictos interiores y exteriores, conflictos con la pareja, con los hijos, en el colegio de ellos, en el trabajo, agotan nuestros recursos, se pierde la paz. Nos quedamos tan inmersos en la resolución de esta guerra interior que nos queda poca energía para hacer en el mundo algo más que rendirnos, y existen momentos en los que incluso rendirnos se nos hace difícil porque tenemos una lucha con nosotros mismos.

El camino de la reflexión nos lleva a una nueva perspectiva, a pedir perdón y a direccionar las actitudes que nos hace perder la paz. Nos damos cuenta de que nuestros conflictos interiores no son eternos pero hay que sanarlos.

Las energías y fuerzas que utilizamos y malgastamos antes nuestra encarnizada batalla interna pueden ser utilizadas ahora para vivir creativamente. Con la práctica, nos volvemos centrados y serenos. Nuestras energías emocional y espiritual se dispara entonces hasta las nubes. Y estamos preparados, recargados, renovados para comenzar de nuevo.

La paz interior es personal y su empleo más efectivo significa que tenemos menores probabilidades de derrochar sus preciosos recursos en preocupaciones, lamentaciones, culpabilidades e indecisiones. Éste es un paso de gigante hacia la paz interior al nivel espiritual más elevado.

Avanzar a la serenidad
Creemos que la paz personal es lo más hermoso que puede tener el ser humano, Mahatma Gandhi dijo que “El camino a la paz es la paz misma”, Jesucristo dijo “En el mundo tendrán aflicciones, pero confíen en mí, yo he vencido al mundo”. ¿Qué puede curar al mundo?, ¿Qué puede producir la paz entre las naciones? Creemos que la paz interior, la paz personal, puede traer al mundo una armonía duradera.

La paz perfecta
Se dice que un rey ofreció un gran premio al artista que pudiera captar en una pintura el verdadero significado de la paz. Al final, el rey colocó su interés en dos de ellas.

La primera pintura mostraba un cielo azul y un tranquilo lago de cristalinas aguas. La segunda pintura mostraba una tormenta de rayos y un espumoso río que amenazaba con desbordarse. Allí un tierno pajarito estaba sobre su nido a punto de ser derribado por la corriente.

¿Sabes cuál fue la pintura ganadora?

El Rey escogió la segunda. Él explicó que la paz no significaba ausencia de problemas. ¿Cómo te sientes hoy? ¿Existe paz en tu vida?

Jesús dijo: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se angustie vuestro corazón ni tenga miedo.” Este pasaje nos deja tres lecciones importantes.

En primer lugar, vemos una Dádiva. El pasaje dice: “La paz os dejo, mi paz os doy.” Aquí, la fuente de paz es Jesús. Jesús mismo dice “mi paz os doy.” Fuera de Jesús no existe una paz verdadera.

En segundo lugar, vemos una Diferencia. Jesús dice: “yo no se la doy como el mundo la da” Existe una gran diferencia entre la “paz” ofrecida por el mundo y la paz que Jesús da. La paz humana es momentánea, pasajera y frívola. Solo Jesús brinda la verdadera paz.

En tercer lugar, vemos una Decisión. Jesús dice: “…No se angustie vuestro corazón ni tenga miedo.” Esta es una decisión que usted debe mantener cada día. No deje que su corazón se angustie y tenga miedo. Cuando usted tenga a Jesucristo, la angustia y el temor saldrán de su vida.

¿Por qué no invitas a Jesús a entrar en tu corazón?
Estamos en las manos de Dios, pero las decisiones son nuestras, podemos elegir todo en esta vida y marcar nuestros destinos, Dios les continúe bendiciendo…

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